Los rituales ocupan un lugar importante en cada aspecto de mi vida y, curiosamente, cuando se trata de escribir soy un toque más relajado. Intento tomarme mi tiempo y tener en cuenta que nadie me apura, que solo somos mi cuaderno y yo encerrados en una habitación alumbrada por la luz cálida que sale de la lámpara que se encuentra a un lado de mi escritorio. Igualmente si tuviera que mencionar algo -indispensable- yo creo que serían mis libros; son de gran ayuda y una herramienta influyente a la hora de explotar mi imaginación. Cuando leo me inspiro y cuando me inspiro dejo salir todo aquello que invade mi (tan agotada) mente.