Bastante tarde le respondo, le ruego me disculpe. Sus anhelos han hallado cumplimiento; hoy (por fortuna) todo ha permanecido en un estado de sosiego. Así es, aunque me temo que aquello que se planteó no es que va a suceder —tan— pronto. Algunos, al parecer, incurrieron en una interpretación errada, suponiendo que mi partida era inminente simplemente por haber mencionado que lo estaba considerando. Sin embargo, permítame confesarle que aún persiste en mí una intriga insaciable respecto a su identidad antes de dar forma definitiva a aquella idea, espero tener el privilegio de conocerle antes de irme. Mis mejores deseos con usted hoy y siempre, disfrute del resto de su jornada.